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Ley Sobre Desarrollo Rural: Contrarreforma reloaded

octubre 26, 2006

(Foto: El Espectador)

Antes de comenzar: Me tomé mi tiempo para hacer este post, de forma pausada y lo más equilibrado posible.

El campo y sector agro en Colombia, siempre han sido el patito feo para los gobiernos e intereses de turno. De hecho es el gran lunar (de tantos, pero es el más grande) del gobierno del dictador civil antioqueño, así algunos medios “amañados” traten de ocultarlo, o quizá dar un concepto propio de una visión secular de una élite. Esto se debe a que el campesinado colombiano, históricamente hablando, ha sido un punto de resistencia frente a políticas gubernamentales y sus visiones propias de desarrollo, que difieren mucho del sentir rural, propio de América Latina. De hecho el conflicto por el dominio territorial en Colombia, ha sido en buena parte motor del conflicto que cada día nos desangra y nos insensibiliza. En buena parte por un vacío estatal de proporciones históricas, que aún perpetúa.

Gracias al “carro bombo” de la semana pasada, el comienzo de la campaña por la segunda reeleción de AUV y además súmele a eso la característica amnesia y capacidad de poco asombro frente a lo que nos pasa en este país, poco eco ha tenido el Proyecto de Ley sobre Desarrollo Rural impulsado por el neo-yupi y aplicado subalterno del régimen, Andrés Felipe Arias, ministro de Agricultura y Desarrollo Rural. Por ahí el único medio que ha reseñado sobre este tema ha sido el semanario El Espectador.

La formulación y aprobación en la Comisión Quinta del Senado del proyecto de ley, ha levantado una dura polémica y resistencia en especial en sectores populares rurales más vulnerables (campesinos, indígenas y afrodescendientes), representantes políticos de oposición al actual gobierno, en la academia y medios independientes del país. ¿A qué se debe dicha polémica? Pues se trata del estatuto de reforma agraria más regresivo que ha tenido la historia de Colombia.

El amor de mi vida (ella sabe quien es), es una persona que anda bastante involucrada con este cuento. Ella se encargó de hacerme una breve síntesis sobre lo que realmente acontece (¡te agradezco nena!). Me comentaba que esta ley es más o menos la unión de todas las “reformas agrarias” (contrarreformas) llevadas a cabo en Colombia desde el año 1961 hasta 1994, año en donde se aprobó la última. Mejor dicho es la unión de todas las (contra) reformas (el conjunto de las peores), lo que obviamente la hace la peor y más regresiva de las reformas establecidas hasta ahora. Es algo así como un copy paste de todo el marco jurídico que ha favorecido el latifundismo y concentración de tierras en el país, en muchas ocasiones fortalecido por el ejercicio de métodos para-estatales para dichos fines, adornado con unos cuantos articulitos. Es tan regresiva, que aún la ley 200 de 1936 del gobierno de López – Pumarejo es más avanzada, de hecho quieren derogarla para darle paso y vía libre a la infame reforma pues aún es vigente y sobre el papel beneficia en algunos aspectos al campesinado, por ejemplo en cuanto a titulación de tierras se refiere. De hecho López – Pumarejo se ganó una cantidad de insultos e improperios por parte de las élites de la época, por que dicha ley atentaba contra los derechos de los más ‘poderosos’, hm…déjame pensarlo más ¿bueno? En fin, en cuanto a la titulación de tierras, tocaré este tema a continuación.

Toda esta retrógrada ley se adereza con un marco de TLC con Estados Unidos aún sin firmar, a la espera que el agro se abra como una alacena presta al saqueo de multinacionales y/o transnacionales, que pasaran a controlar gran parte de nuestra alimentación y recursos genéticos. Y como si fuera poco varios artículos de la dichosa ley, se constituyen en marcos jurídicos para legalizar tierras expropiadas de forma constreñida, sangrienta, vil e impune a campesinos y comunidades rurales por parte de paramilitares, es decir lo que tiene que ver con la titulación de tierras. Hasta el Procurador General de la Nación, Edgardo Maya, enfrentó al ministro Arias con un informe en donde se cuestiona el proyecto de ley, a lo que el último respondió con lágrimas de cocodrilo y desviando la discusión principal a asuntos como el atentar en contra de la integridad personal de Arias. ¿Que tal?, que descaro, cuidado se pone en discusión un tema como este. Y eso que fue el procurador quien cuestionó el asunto.

Para ahondar un poco en el tema, además de comprender la real dimensión del agro y de paso conocer y revivir buena parte de la historia de Colombia de los últimos 60 años, recomiendo leer a gente como Héctor Mondragón, Absalón Machado, Apolinar Díaz – Callejas o el mismo Orlando Fals Borda, que han manejado estos temas de forma juiciosa y aplicada. Por Scholar de Google pueden encontrar algunos artículos disponibles. Además espero que complementen con los enlaces que he dejado a lo largo del post.

¿Que tiene que ver esto con el medio ambiente y la sustentabilidad? Fácil y es esa la discusión de fondo que plantean los contradictores de la ley: en ninguna parte se contemplan aspectos como la seguridad y soberanía alimentaria, formas alternativas y sustentables de producción o el simple derecho a disfrutar de una tierra para vivir, trabajar y producir, que son la base de todos los movimientos de resistencia popular. Es así que se está privilegiando un desarrollo empresarial para el campo (véase palma africana, plantaciones forestales y otros cultivos a gran escala, con negra estela en muchas ocasiones, entiéndase expropiación hecha por paras) con algunas recetas financieras del Banco Mundial, visión que para nada se comprende con los conocimientos, prácticas tradicionales y modos de vida de los campesinos, precarizando aún más sus niveles de vida. Esto como consecuencia (además) trae consigo la afectación del medio ambiente propio de cada territorio. Consecuencia: inequidad social, económica y ambiental. La tripleta que muchos tecnócratas aún no han sabido asimilar.

Hay que seguir de cerca este proceso, y ayudar a que se difunda y fortalezca la discusión, puesto que esta ley a pupitrazo limpio y de forma lenta se terminará colando para desgracia y eterna tragedia no solo de los habitantes rurales sino para nosotros mismos, que dependemos en buena parte de las fuentes agrícolas.

P.D.: Todo lo anteriormente escrito es mi punto de vista (muy personal) y no deseo involucrar a terceros. Me he basado en información de varias fuentes para hacer este post, al cual quiero invitar para una pertinente discusión. No deseo satanizar ciertas posturas o asumir una determinada corriente política, aunque si tomo una postura como tal. Dicha postura a la final es un sentido común, que aboga por (y reitero) una equidad social, económica y ambiental. Lo digo por que en este país se acabó con el sentido de discutir y controvertir, por que eso significa ser un terrorista o enemigo de la patria. Por el contrario, eso ayuda a construir una sociedad diversa y con muchos puntos de vista: una sociedad justa.

Saludos

 

13 comentarios leave one →
  1. Julián Ortega Martínez permalink
    octubre 27, 2006 12:43 am

    Muy buen artículo, Germán. Felicitaciones. ¿Por qué en los medios apenas si mencionan el asunto?

  2. Sentido Común permalink
    octubre 27, 2006 8:56 am

    Pausado y equilibrado. Lograste tu objetivo. Buen post.

  3. German A Quimbayo permalink
    octubre 27, 2006 6:51 pm

    Julián:

    Los medios no lo mencionan por que como andan «obduliobilados» con posturas perversas decoradas «democráticamente» (ya leíste Un Pasquín en donde hablan de José Obdulio?) y el pan y circo sigue, mientras nuestro país se desquebraja lentamente, sin que una oposición inteligente enfrente este momento histórico. ¿Será que desde la blogosfera podremos cambiarlo?

    Saludos y gracias por tu visita

    Sentido Común:

    Hay que construir oposición de forma inteligente y argumentada. Tu lo debes saber, con esta sociedad tan polarizada (hasta en la blogosfera)a veces da como cosa expresar pensamientos divergentes ante un monólogo de sociedad en la que a veces parece violar el derecho a pensar libre. Por eso hay que hacerlo desde estos espacios.

    Gracias por tu honrosa visita

  4. Carolina permalink
    octubre 27, 2006 7:44 pm

    Hola
    En la pregunta que hace Julián la respuesta (a mi modo de ver) es que el campesinado colombiano no es visto como un actor político (debería serlo) y por lo tanto, para los medios, no es interesante hacerle bombo a algo que sencillamente no debería existir (palabras duras pero ciertas para muchas personas en este país).

    Hay un aspecto fundamental en la cultura «desarrollista» que tenemos actualmente: muchas élites siguen viendo a los campesinos como estorbo y como algo que no contribuye al «desarrollo» del país (perdón la redundancia). Eso trae consigo reformas para volver al campesino un industrial más, además ocasiona los resultados mencionados por Germán: Pérdida de seguridad alimentaria, pérdida de biodiversidad (por varias razones), pérdida de posibles áreas de protección, etc. Saludos.

  5. German A Quimbayo permalink
    octubre 27, 2006 8:01 pm

    Hola mi bella Carito:

    Gracias por recordarnos que el campesinado colombiano ha sido un estorbo para las élites hasta tal punto de no considerarlos un actor político. Por lo menos los indígenas tienen ese estatus, pero dado de forma hipócrita, pero que han podido aprovechar más a nivel internacional. Además esa visión desarrollista que comentas, es la que está permitiendo un crecimiento insostenible, en donde pierden los actores sociales populares y pierde también las oportunidades de conservación de la biodiversidad.

    Gracias por tus valiosos aportes, Caro hermosa…

  6. o-lu permalink
    noviembre 6, 2006 1:58 am

    Pasé por aca hoy, por primera vez. Me gusta la documentacion de esta nota, bien.
    He visto noticias relacionadas con est tema en otros circulos, por fuera de los medios tradicionales. Da para pensar.
    un saludo.

  7. o-lu permalink
    noviembre 6, 2006 2:02 am

    PS: sabias que la palma africana, oh casualidad, fue el unico producto agricola que logro una exencion aduanera en el TLC por 12 anhos?

  8. German A Quimbayo permalink
    noviembre 6, 2006 7:27 am

    o-lu:

    Gracias por tu visita. Y si, ese TLC es más que un simple tratado económico unilateral. Hay muchos intereses de por medio, y a veces (para el ojo atento) parece más una estrategia politico-economico-militar. Sin embargo el dichoso tratato ha entrado en un aparente proceso de desgaste, y más con la situación política al interior de Estados Unidos, en donde Bush tiene a casi todo el congreso de enemigo y este último como que no le interesa de a mucho esos tratados pegados con babas, se encuentran más pendientes de Irak, y el «eje del mal» de oriente. Ojalá esa maravilla (para Colombia), sea verdad.

    Volviendo a lo de esta contrarreforma, ahi va lenta, silenciosa, pero impunemente segura a aprobarse, por una élite que ha sido totalmente mezquina con el campesinado y sus formas comunitarias y alejadas de esa «eficiencia empresarial» que les quieren imponer a costa de sus derechos y de nuestro patrimonio ambiental.

    Un abrazo

  9. Carolina G. permalink
    noviembre 6, 2006 10:04 pm

    Hola!
    Me he dado cuenta con el poco tiempo que llevo por fuera de mi ciudad natal que algunos de los campesinos del paìs tienen una forma de resistencia a este proyecto de ley, y a cualquiera que intente atentar contra su identidad. Hace poco dos municipios nariñenses hicieron un trueque (cosa que no es muy comùn ver en el país), que podría configurarse como una oposición a la actual economía. Eso no solo les genera el intercambio alimentario como tal sino identidad y orgullo de campesinos. Era algo que quería compartirles. Un abrazo!

  10. octubre 23, 2020 10:14 pm

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